Creían que yo era surrealista,
pero no lo era. Nunca pinté
mis sueños. Pinté mi propia
realidad.
Frida Kahlo
Mujer y artista. Esposa y amante. Icono feminista. Tradición y vanguardia. Frida Kahlo: icono del arte moderno mexicano que construyó su propia imagen con una autenticidad que se consolida día a día —a más de cien años de su natalicio—, como un símbolo universal. Hizo de su obra un performance y el medio para reflejar su realidad: nos enfrentamos ante un arte autobiográfico que narra el veredicto de una vida trágica marcada por el dolor físico y su larga relación con Diego. La complejidad de su carácter, lo transgresor de su estilo de vida y su lucha diaria por sobreponerse al dolor dieron lugar a la imagen icónica que hoy mismo no conoce de fronteras: ha logrado eclipsar el corazón de públicos muy diversos a lo largo y ancho del mapa cultural internacional.
Tras su muerte, la imagen de Frida causó fascinación dentro de los círculos más alternativos y minoritarios de finales del siglo XX hasta transformarse paulatinamente en un emblema popular de la cultura mexicana. Su vida y obra han jugado un papel fundamental en la construcción y reivindicación de la identidad cultural dentro y fuera del país, gracias a ese arte intimista que expresa un fuerte sentimiento de pertenencia nacional.
El Museo de l'Orangerie abrió sus puertas el 9 de octubre del 2013 con la exposición Frida Kahlo / Diego Rivera. Elarte en fusión compuesta por 75 obras de la colección del Museo Dolores Olmedo como una invitación a descubrir el universo de Frida y Diego en sus viajes por Europa y Estados Unidos, así como su vida en México antes y después de conocerse. La exposición nos muestra en paralelo la obra de ambos a través de fotografías, dibujos, bocetos, pinturas y una línea del tiempo que nos explica los acontecimientos más relevantes de la escena cultural y política del México posrevolucionario impregnado con las ideas comunistas que se desarrollaban en la primera mitad del siglo XX —con las cuales ambos estaban políticamente comprometidos—, en el seno de una relación tumultuosa llena de pasión, amor e infidelidades desde sus primeros años juntos en la Casa Azul de Coyoacán hasta la muerte de Frida en 1954.
La exposición comienza con una mirada a los primeros años de Diego en su paso por Italia, España y Paris. Esta primera parte es el testimonio del periodo parisino en donde se vio fuertemente influido por las vanguardias artísticas de la primera mitad del siglo XX. En el seno de las vanguardias artísticas y los movimientos sociales sus amigos serán, entre otros, Picasso, Modigliani, el matrimonio Delaunay y Matisse, con quienes compartirá grandes discusiones alrededor del arte y buscará su propio estilo. Un movimiento lo va a influenciar en particular: el cubismo de Picasso y Braque y por eso la exposición nos lleva por su faceta cubista de la mano de sus cuadros de paisajes, naturaleza muerta y retratos.
A lo largo de un recorrido bien estructurado a través de cuatro salas ambientadas con una decoración típicamente mexicana, la selección propuesta por el Museo incluye las más reconocidas obras de la pareja: desde la etapa europea de Diego hasta la consagración de su obra en grandes murales públicos nacionales e internacionales. En el caso de Frida, nos muestran sus primeras manifestaciones artísticas tras el accidente y sus célebres autorretratos, así como las obras de fotógrafos americanos, europeos y mexicanos.
La idea de fusionar el talento de estos dos gigantes del arte fue inicialmente concebida en el marco de un ambicioso proyecto entre los museos Dolores Olmedo, l'Orangerie y D'Orsay para el año de México en Francia en el 2010. No obstante, el año de México en Francia fue repentinamente anulado pero el proyecto quedó latente y los directores de ambos museos, Guy Cogeval y Carlos Phillips Olmedo, lo mantuvieron con entusiasmo hasta que finalmente, tres años más tarde, se pudo concretar.
La llegada de Frida y Diego se dio con un gran despliegue mediático en la capital francesa. Los medios de comunicación, así como las revistas más importantes sobre arte de la ciudad, dedicaron números enteros sobre la vida y obra de la pintora mexicana desatando una verdadera Fridomanía alrededor de ésta y otras exposiciones en la ciudad. La agenda cultural de la ciudad ofreció actividades que enriquecieron la experiencia de los visitantes de la capital francesa con rutas históricas, culturales y gastronómicas del Paris de Frida y Diego, además de representaciones teatrales, lecturas y ciclos de conferencias en diversos puntos de la ciudad, así como proyecciones cinematográficas y talleres artísticos para toda la familia.
Fuente:www.milenio.com