Enclavado en el semidesierto guanajuatense, Mineral de Pozos -conocido como un "pueblo fantasma"- fue abandonado dos veces por sus habitantes desde su fundación. Sin embargo, este Pueblo Mágico hoy renace gracias a la llegada de gente proveniente de lugares lejanos y de los descendientes de los antiguos mineros que rescatan las viejas casonas, plazas y callejones.
En los alrededores, este poblado conserva los vestigios centenarios de las minas y haciendas de beneficio que recuerdan la riqueza de sus vetas argentíferas y auríferas. Desde los profundos túneles que lo atraviesan, los visitantes podrán escuchar los rumores de las leyendas e historias de esta solitaria tierra.
Conoce más
Mineral de Pozos fue originalmente un asentamiento chichimeca hasta la llegada de los españoles que lo fundaron en el siglo XVIII dedicándose principalmente a la agricultura. Sin embargo, a partir del descubrimiento de la mina de Santa Brígida (que alojaba oro, plata, cobre, plomo, zinc y mercurio) este pequeño poblado se convirtió en un importante centro dedicado a la explotación minera hasta el abandono causado por los movimientos de Independencia y, más adelante, por la Guerra Cristera.
No fue sino hasta la década de los 90 cuando resurgió como potencial turístico en parte por el misterio que genera el título de "pueblo fantasma" y también por la construcción de pequeños hoteles boutique y galerías de arte.
Lo típico
Destaca en una de las esquinas del Jardín Juárez la antigua tienda La Fama, con exhibición de artesanías finas, muebles tallados y vestimenta de buen gusto.
ATRACTIVOS
Jardín Juárez
Se trata de una plaza que tiene en el centro un hermoso quiosco y que está rodeada por preciosas casonas restauradas, algunas habilitadas como hoteles boutique, galerías y tiendas de artesanías y de diseño de joyas. A un costado está la Parroquia de San Pedro, del siglo XVIII, con su espectacular cúpula y su austero interior, decorado con frescos de época y con un discreto atrio.
La Capilla de San Antonio de Padua que, aunque inconclusa, es interesante por su magnificencia. Muy cerca se encuentra también la pequeña Capilla de la Misericordia, la más antigua; su vieja fachada está enmarcada por enormes órganos y sus nichos y recovecos barrocos guardan misteriosos secretos.
Galerías de arte
El nuevo esplendor que Mineral de Pozos recobró a finales del siglo pasado se debió al asentamiento de artistas nacionales y extranjeros en diferentes tiendas y galerías que hoy muestran sus obras de pintura, escultura y fotografía, así como antigüedades y artesanías. No puedes regresar a casa sin una de estas bellas piezas.
Un paseo por las minas
Es recomendable tomar un automóvil para conocer las minas que otrora brindaban esplendor a este Pueblo Mágico. Una de las minas más importantes y simbólicas de Pozos es la de Santa Brígida, a sólo 15 minutos. Llegando destacan los tres chacuacos de la fundidora, también conocido como Hornos Jesuitas, que contrastan con el infinito paisaje semidesértico; y las cactáceas y matorrales que abrazan las viejas estructuras que algún día tuvieron una prolífica actividad. Además de las viejas fachadas, llaman la atención los profundos pozos y tiros mineros que parecen no tener fin. Enormes estructuras de piedra encierran túneles, arcos y pasillos todavía con aromas de azogue y hierro, de plata y oro.
En la zona más poblada de minas y haciendas de beneficio se localiza la Antigua Escuela Modelo, que en el siglo XIX fue de las más importantes del estado. A un lado está el acueducto que dotaba a la población del vital líquido y, siguiendo el camino de terracería, está la Mina de los Cinco Señores, con espectaculares vistas de cerros y valles. Tiene amplios patios, ventanales, tiros y pozos.
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