Paisajes con referencias a la cosmogonía prehispánica, el autorretrato de un grafitero con el rostro cubierto y las manos manchadas de pintura; personajes coloridos, de rasgos mexicanos o largas cabelleras han invadido los muros de la Pinacoteca del Museo Diego Rivera-Anahuacalli. Se trata de las creaciones de ocho jóvenes artistas urbanos, cuyos trazos y pintas callejeras ahora llegan a exponerse en el área anexa dedicada a exposiciones temporales del recinto creado por Diego Rivera, el más grande de los muralistas mexicanos.
Desde hace dos semanas, estos artistas convocados por Roberto Shimizu, director creativo del Museo del Juguete Antiguo de México (MUJAM), trabajan sobre los muros de este espacio que acogerá durante tres meses las obras, en la exposición En concreto. Arte Urbano del MUJAM en el Anahuacalli.
La muestra, explica Shimizu, reúne a los ocho máximos exponentes del arte urbano que están emergiendo en México: Neuzz, Motick, Paola Delfín, Fusca, Diezo Zelaya, Minoz Meiz, Daniel Buchsbaum. Más que por el renombre o trayectoria, estos jóvenes fueron seleccionados porque "representan las diferentes tendencias y estilos del arte contemporáneo en México". "Hay desde grafiti puro, fine art, hasta obras más realistas. Reúne la tendencia de arte urbano que se está haciendo en la actualidad", afirma Shimizu, quien desde hace unos seis años, desde el MUJAM, se ha dedicado a abrir espacios a artistas urbanos nacionales e internacionales.
Aunque a los artistas no se les exigió crear su pieza de acuerdo a una tématica específica, cada una de ellas hace referencia a la identidad mexicana, pero ya no con imágenes trilladas, como la de los indígenas que se suelen ver en los tradicionales murales que abordan la identidad del mexicano, asegura el también curador de la exposición.
En una pared, Minoz, pinta con latas de aerosol un paisaje con referencias a la cosmogonía prehispánica. Una pieza que, explica, dialoga con el Anahuacalli y la colección prehispánica que resguarda.
En el otro extremo, Meiz, un joven de 17 años, que se cubre el rostro con una playera negra, plasma sobre la pared blanca del recinto su propio rostro: "Yo siempre he hecho pintura hiperrealista y lo que trato de plasmar aquí es un autorretrato de cómo veo el grafiti y mi personalidad, con mis manos llenas de pintura y mi rostro oculto", dice.
Otros, como Daniel Buchsbaum, optaron por las escenas coloridas, donde lo único que importa es deleitar la pupila del espectador.
Para estos jóvenes artistas, intervenir los muros del Anahuacalli es una gran satisfacción, ya que se trata de un recinto que hace honor a Diego Rivera. Las piezas conservarán su condición efímera, por lo que sólo se podrán ver durante el tiempo que permanezca la exposición, hasta el 14 de septiembre. En el Museo Diego Rivera-Anahuacalli: Museo 150, San Pablo Tepetlapa, Coyoacán.
Fuente:www.eluniversal.com.mx