En el nuevo edificio del arquitecto Alberto Kalach (México, 1960), que posee una vista espectacular hacia el bosque de Chapultepec, se inaugurará el próximo sábado la exposición colectiva Torre 41.
Con esta muestra, que reúne el trabajo de 12 artistas: René Almanza, Carlos Claussel, Pedro Friedeberg, Nicolás Guzmán, Marianel González, Sergio Hernández, Marco y María Kalach, Alexis Mata Ciler, Edgar Nandez Saner, Betsabee Romero y Jorge Yazpik, se cumple el deseo del arquitecto Alberto Kalach de inundar con arte su edificio, al que identifica como Torre 41.
Este proyecto arquitectónico es muy cálido y muy íntimo, sencillamente porque en este inmueble se encuentra la oficina del arquitecto.
Desde lo alto de su edificio, ubicado en un lugar privilegiado de la ciudad, desde donde se aprecian el Castillo de Chapultepec, la Torre Latinoamericana, el corredor Reforma y los enormes edificios que representan a la ciudad del futuro, Alberto Kalach se muestra satisfecho con su proyecto artístico, en el que también participan sus hijos Marco y María: "Tengo dos maravillosos artistas en la familia".
Instalado en la azotea del inmueble y rodeado de un maravilloso jardín con esculturas de su amigo Jorge Yazpik, el arquitecto dice que se siente como en Nueva York con vista al Central Park, donde la gente puede disfrutar del bosque, de los museos, de las actividades culturales y del transporte público.
Arturo Mizrahi, director de Fifty24mx Gallery y curador de la exposición colectiva Torre 41, dice que cuando llegó por primera vez a este edificio, se enamoró del concepto: "Es un lugar increíble, como todos los espacios que construye Albert Kalach".
Encantado por el edificio, porque para él es una verdadera obra de arte, se vio motivado para armar una gran exposición con obras de muy buenos artistas mexicanos: "Todo fue muy natural: Alberto Kalach tenía la idea de invitar a algunos artistas amigos suyos con gran trayectoria, y mezclarlos con artistas más jóvenes".
Relata que el pintor Sergio Hernández, quien es muy amigo de Kalach, fue uno de los primeros en sumarse a este proyecto: "Amablemente nos facilitó unas obras espectaculares, las últimas que ha realizado, por lo cual estamos muy agradecidos".
Esta conjunción de arte con arquitectura, asegura el curador, dará mucho de qué hablar.
El nuevo espacio
Hace 12 años, cuando Kalach se hizo de este terreno, aquí había una bodega de la revista Alarma; pero se dio a la tarea de limpiarla y arreglarla, por lo que su primera acción fue ponerle un jardín e instalar ahí su taller.
Kalach explica que su edificio, ubicado en una de las avenidas con mayor tráfico de la ciudad, está pensado para que no tenga calefacción ni aire acondicionado, porque cuenta con ventanas que permiten la circulación del aire natural. Es un edifico austero pero eficiente, que garantiza una estancia óptima.
Detalla que cada uno de los pisos está pensado para ser utilizado como laboratorio, taller y oficina, ya que hay gente que, por su actividad, requiere espacios amplios, altos y flexibles.
Un poco para mitigar la hostilidad del tráfico y por supuesto el ruido, proyectó un jardín, así como algunas fuentes de agua y hasta un mural acústico en plante baja para absorber el ruido.
Después de más de una década, pudo construir un edificio de ocho pisos, luego de que el gobierno de la Ciudad de México avanzara en sus planes urbanos.
"Las autoridades están conscientes de que la ciudad es más compacta y más densa, por lo mismo necesita ser más eficiente, lo que implica hacer edificios de altura como éste".
Anteriormente solo se podían construir inmuebles de dos niveles, pero de cuatro años a la fecha autorizaron las edificaciones de hasta ocho pisos.
El reconocido arquitecto argumenta que el tamaño de las obras arquitectónicas no importa, lo que realmente se debe considerar es que las obras deben ser emotivas, que digan algo, "aunque no sé qué, porque la arquitectura no habla: son piedras, lo que significa que los edificios son inertes".
Cuestionamientos viales
En este pequeño terreno en la avenida Constituyentes, en la Ciudad de México, Alberto Kalach asumió el reto de hacer un edificio como ejemplo de la nueva política urbana promovida por el gobierno capitalino. El resultado: la Torre 41.
"Así como aplaudo la nueva política de desarrollo urbano, sostengo que la política vial de la ciudad está equivocada, salvo el maravilloso esfuerzo de las bicicletas, que aplaudo. Es urgente regular el transporte de carga, que los limiten a la circulación nocturna; por esa sola acción, el tráfico bajaría 30 por ciento".
El arquitecto de renombre internacional, cuya obra se ha expuesto en recintos como el Museo de Arte Moderno, cuestiona que al no planear otras rutas para que circulen los camiones y los tráileres por esa avenida, el frente de tres kilómetros de propiedades, que podrían ser muy prósperas, se devalúa por estar asfixiado por camiones que pasan a todas horas del día.
Fuente:www.milenio.com