La mexicana Ana Teresa Fernández pintó la reja fronteriza México y Estados Unidos
La utopía de un mundo sin fronteras es el sueño de la artista mexicana Ana Teresa Fernández, quien el pasado octubre, junto a un grupo de estudiantes y vecinos, borró la reja fronteriza que divide a Tijuana, Baja California, con San Diego, California.
El proyecto llamado Borrando la Frontera busca crear el efecto visual que elimine el muro que separa a Estados Unidos y México. Cargada con botes de pintura y con un vestido de noche y tacones, la originaria de Tampico se tardó seis horas en extender el cielo y la arena para hacer reflexionar al público cómo se vería un mundo sin barreras que dividieran a la sociedad.
Tras algunas semanas de haber comenzado este proyecto, la artista radicada en San Francisco ha recibido comentarios positivos y negativos. En entrevista, Ana Fernández compartió a Excélsior las agresiones que obtuvo después de pintar la reja.
“He recibido comentarios muy negativos por parte de estadunidenses. Como de ‘vete a tu casa terrorista, regrésate, eres la Al-Qaeda mexicana; ponte en línea y espera tu turno para cruzar’, cientos y cientos de comentarios así. Digo, sólo usé pintura, no estoy usando armas para que el migrante cruce. Me llama mucho la atención cómo la imaginación llega a provocar a la gente de esa forma.”
No obstante, ciudadanos conscientes del problema migratorio han mostrado apoyo y solidaridad a la pintora. “En Nogales la gente se acercó y estaba muy emocionada, todos traían una energía tan positiva que familias y policías ayudaron a pintar. En un momento veías pintando a un migrante deportado y a un policía, fue estremecedor ver cómo una idea, un concepto, puede unir a la gente”.
Borrando la Frontera no sólo se ha llevado a cabo en Nogales. En 2011 la artista pintó también la reja que separa la playa de Tijuana y San Diego. Durante el proceso se enfrentó a una situación adversa cuando la policía, con patrullas y megáfonos, intentó detenerla y arrestarla.
“Si quieres hacer algo así no puedes tener permisos, nadie te los dará. En Tijuana yo fui a hacerlo como performance. Cuando los policías llegaron para detenerme les planteé que era una artista y que mi objetivo no era vandalizar, sino crear el efecto visual que borre la frontera. Después de dialogar, les agradó la idea y me dejaron terminar.”
Respecto a la separación y las leyes migratorias, la artista manifestó que “el muro es una cicatriz que no se cierra. Una que está doliente. A mí lo que más me parte el alma es todo el sacrificio humano y el dolor que les están causando a las familias. Escuchar historias de gente deportada que llevaban 20 años viviendo allá y que los saquen porque tenían una luz fundida de su auto, es una rajada en el cuerpo.”
“Ahora nos están queriendo categorizar de una manera tan extremista, como violadores, que robamos. Tratan de hacernos invisibles, de minimizar la existencia humana, y la posición es tan compleja de que en México todos son violadores y que en Estados Unidos todos son perfectos.”
En una exhibición titulada Border-Bridges, celebrada en Alemania por el 25 aniversario de la caída del muro de Berlín, el proyecto de la mexicana se expuso al lado de otros trabajos de artistas latinoamericanos. La muestra buscaba abordar obras que exploraran el símbolo del muro como una división entre mundos y enfatizar el problema migratorio a nivel mundial.
Una vez terminados sus proyectos personales, Fernández está preparada para darle continuidad a su proyecto, que ahora se centra en la línea divisoria entre El Paso, Texas, y Chihuahua.
“Mientras exista el muro seguiré pintándolo, porque creo que provoca a la audiencia. Cuando algo te causa malestar y te sientes incómoda tienes que pensar por qué. La reflexión a través del arte es importante, nos hace ver por qué pensamos de una manera y cómo podemos cambiar eso”, puntualizó.
Excelsior