La Casa de Ana Frank y el Fondo Anne Frank, que posee la propiedad intelectual de la obra, están enfrentados
CIUDAD DE MÉXICO.
Casi siete décadas después de su primera publicación, el Diario, de Ana Frank, protagoniza una disputa legal. La Casa de Ana Frank, el museo en Ámsterdam que resguarda los originales del famoso manuscrito, y el Fondo Anne Frank de Basilea, Suiza, que tiene en su poder la propiedad intelectual de la obra, se encuentran enfrentados por la liberación de los derechos de autor, que en teoría tendrían que liberarse el 1 de enero de 2016 cuando se cumplen 70 años de la muerte de su autora.
El museo, montado en el mismo edificio donde la niña judía se ocultó de la persecución nazi junto con su familia y siete personas más, preparó con antelación una serie de ediciones comentadas del Diario que pondría a disposición de sus usuarios, de manera gratuita, en cuanto expirasen los derechos. Para eludir la ley vigente en los Países Bajos —que establece que los derechos de una obra expiran siete décadas después del fallecimiento de su autor— y seguir obteniendo beneficios económicos, el fondo suizo ha sumado un nuevo autor a la obra traducida a 70 idiomas.
El Fondo Anne Frank alega que Otto Frank, padre de Anna, participó en la elaboración final de la obra conocida a nivel mundial, por lo que debe compartir la autoría. De acuerdo con información de agencias internacionales, Yves Kugelmann, administrador del Anne Frank Fonds, asegura que Otto, combinó y cortó los Diariosque conformarían un nuevo libro.
Con la treta, los derechos no caducarían el año próximo sino hasta 2050, cuando se cumplen 70 años de la muerte del padre de Anna, quien falleció en 1980.
Ana Frank escribió su diario del 12 de junio de 1942 al 1 de agosto de 1944; durante ese tiempo también escribió algunos relatos y frases que tomaba de otros libros. Pocos días después de abandonar su tarea literaria, en septiembre del mismo año, fue enviada al campo de concentración de Auschwitz y, más tarde, a Bergen-Belsen, donde murió de tifus en 1945. Antes, la chica de 15 años había comenzado a reescribir su Diario con el título de La casa de atrás.
Otto Frank fue el único sobreviviente de los refugiados en Ámsterdam. Cuando recuperó los papeles de su hija conoció su deseo por publicarlos, por lo que decidió editarlos y compilarlos. El texto llegó a manos de una pareja de historiadores holandeses, Jan Romein y Annie Romein-Verschoor, quien trata, infructuosamente, de hallarle editorial. Jan escribe un artículo en 1946, en el periódico Het Parool y atrae la atención de varios sellos. El Contact, de Amsterdam, sería el elegido para publicar el libro.
Con el nombre final que Ana había pensado para su texto, el Diario en forma de cartas apareció por primera vez el 25 de junio de 1947, en una edición de tres mil ejemplares, con prólogo de Annie Romein-Verschoor. Del libro se reconocen tres versiones: la primera que escribió Ana en un cuaderno con tapas de cuadros rojos y blancos; la reescritura del mismo, realizada por ella en hojas sueltas durante más de diez semanas, antes de su detención, y la de su padre, Otto, quien se basa en las dos versiones de su hija.
El Fondo de Basilea fue fundado por el propio Otto en 1963 como una fundación de caridad que gestionaría los derechos de reproducción de las obras, cartas y fotos de Ana Frank. Otto se había mudado a la ciudad suiza en 1952 llevando consigo el legado de su hija; tras su muerte, por petición suya todos los escritos de Ana fueron transferidos al Estado holandés, quien encarga su gestión al Instituto Nacional de Documentación de Guerra (hoy NIOD), de Ámsterdam. Y quien se encarga de administrar las vitrinas de la Casa de Ana Frank.
Anne Frank Fonds, sin embargo, detenta los derechos de reproducción. La asociación tiene designada a la agencia Liepman Ag, quien maneja a autores como Nir Baram o Elías Canetti, como su representante. En su sitio de internet (http://www.annefrank.ch/) establece los sellos editoriales designados en 63 naciones para llevar a cabo la traducción y edición del Diario. En España se trata de Plaza & Janés, pero también hay sellos de Corea, China, Polonia o Arabia.
Excélsior.