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Cultura y Espectaculos

México recibe cuatro esculturas inéditas de Isamu Noguchi

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 11 Mayo 2016 Visto: 2995

parquesssSecretaria de Cultura
Como una exposición inédita calificó la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María Cristina García Cepeda, la muestra Los parques de Noguchi que será inaugurada este miércoles en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo.
Y es que se trata de la primera vez que en nuestro país se presentará la investigación que el escultor estadounidense de origen japonés realizó durante 50 años en materia de parques de juegos y espacio público.
Maquetas, fotografías, bocetos y cuatro equipamientos de juego, realizados con los diseños de Noguchi integran esta exposición que, bajo la curaduría de Manuela Moscoso, estará abierta al público hasta el 9 de octubre.
Los cuatro juegos se quedarán como parte de la colección del Museo Tamayo, por lo cual nuestro país será el tercer lugar en el mundo que contará con equipamientos de Noguchi, que sólo se encuentran en parques de diversiones en Sapporo, Japón, y Atlanta, Estados Unidos.
García Cepeda destacó que esta exposición forma parte del interés de la Secretaría de Cultura por hacer llegar al gran público las diversas manifestaciones artísticas en las artes visuales y que se suma a otras muestras, como la de Nacho López en el Museo del Palacio de Bellas Artes y la de Juan Soriano en el Museo de Arte Moderno.
“En esta ocasión tenemos esta gran exposición que da muestra del arte contemporáneo internacional y es una exposición inédita, por primera vez van a ver una exposición que muestra la investigación que durante 50 años hizo Isamu Noguchi sobre la escultura”.
Precisó que además de bocetos y maquetas que el escultor ideó para parques de diversiones, “creo que es muy interesante también el hecho de mencionar que esta exposición muestra piezas que se van a quedar de manera permanente en la colección del Museo Tamayo y que son obras para exterior”, pues la intención de Noguchi era que la escultura formara parte de los espacios públicos para disfrute de la población.
Se trata de equipamientos de juego: Octetra y Cubos de juego, realizados en concreto; Columpio, que cuenta con una estructura de sólo dos líneas, y Escultura de juego, todos hechos bajo los diseños de Noguchi, con el aval de la Fundación Isamu Noguchi de Nueva York.
Por su parte, el director del Museo Tamayo, Juan Gaitán, comentó que para ese recinto era de suma importancia exponer la obra de Noguchi, cuyo pensamiento estético va más allá de los objetos que se presentan dentro de un museo, pues incluye una reflexión profunda del espacio público y la forma en que interactuamos como comunidad en esos espacios públicos.
Aseguró que las esculturas de Noguchi representan intervenciones paisajísticas, siempre desde el punto de vista de la escultura y que esta es una exposición que presenta “un conjunto de obras que no se había visto jamás aquí, ni en ninguna otra parte del mundo”.
Manuela Moscoso, curadora de la muestra, indicó que de todos los proyectos que Noguchi hizo de parques de diversiones, sólo dos se llevaron a cabo en Sapporo y Atlanta, por lo que México contará con el tercer grupo de equipamiento de juegos del escultor que existe en el mundo.
Y es que, dijo, los proyectos de Noguchi en este ámbito eran muy ambiciosos, en grandes extensiones de terreno y con objetos con cualidades escultóricas que modificaban el espacio para crear cierto tipo de experiencias, pues Noguchi “esculpía el paisaje casi poéticamente”.
Los parques de Noguchi, la cual ya tiene un catálogo bilingüe con textos de Manuela Moscoso, experta en la obra de Noguchi Shaina D. Larrivee y el escritor Peio Aguirre, entre otros, estará abierta al público hasta el 9 de octubre en el Museo Tamayo, ubicado en Paseo de la Reforma No. 51, esquina Gandhi, y contará con actividades paralelas, como pláticas, talleres y excursiones a distintos parques de la ciudad.

 

Deja huella presentación de Cecilia Toussaint en Tlaxcala

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 09 Mayo 2016 Visto: 3016

CECILIA TOUSSAINTPor E. P. Armas. La Jornada de Oriente

La presentación de Cecilia Toussaint en el Teatro Xicohténcatl dejó huella entre los asistentes, quienes disfrutaron de una tarde de blues el pasado viernes con el característico sello de esta intérprete que ha sido nominada dos veces al Grammy Latino.

Con un lleno total se llevó a cabo el segundo concierto del serial “Las Grandes Voces del Blues”, que organiza de manera gratuita el gobierno del estado, a través del Instituto Tlaxcalteca de la Cultura (ITC).

En el escenario más importante de Tlaxcala, la tarde del pasado viernes los asistentes escucharon temas como “La viuda negra”, “Cómo no te voy a odiar”, “Esquizofrenia”, “Una vez más”, “Aquí me quedo”, “Sácalo” y “Prendedor”.

Durante su presentación, Cecilia Toussaint estuvo acompañada por Jorge Chacón en la guitarra, Óscar González en el bajo y Julián André Toussaint –su hijo– en la batería.

La intérprete agradeció la invitación del gobierno del estado para participar en este festival musical y recalcó que esta es la primera vez que se presenta como cantante en Tlaxcala.

A lo largo de 30 años de trayectoria artística, Toussaint ha grabado 14 discos como solista y ha colaborado en infinidad de producciones discográficas y propuestas musicaless.

Entre sus discos se encuentran: “Arpía”, “En esta ciudad”, “Tírame al corazón”, “Sirena de trapo”, “Detrás del silencio”, “Para niños”, “Cecilia Toussaint”, “Otro Lugar”, “Para mi Consuelo”, “Acoso textual”, “Faro”, “Noche de día” y “25 años de Arpía en vivo”.

Actualmente es becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) y del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

Además, cuenta con una carrera como reconocida actriz, lo que le ha permitido participar en televisión en diversos proyectos como “DKDA”, “En carne propia”, “Cautiva”, “Martín Garatuza” y “El equipo”, así como en “Yo no creo en los hombres”, en el que dio vida al papel de Honoria y recientemente como Dalia”en “Amor de barrio”.

La serie de conciertos “Las Grandes Voces del Blues” se efectuará todos los fines de semana de mayo, con la finalidad de acercar eventos culturales de calidad a todos los tlaxcaltecas amantes de este género musical.

Los próximos conciertos se llevarán a cabo el 12 y 13 de mayo, en punto de las 18:30 horas, en los que se deleitarán los asistentes con las voces de Verónica Ituarte y Baby Bátiz.

 

Palabrotas: Ergástula

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 09 Mayo 2016 Visto: 2889

pala erasgutLa Redacción. Algarabía
Fría, maloliente e indeseable... Entonces, ¿cómo es que la ergástula desata tantas pasiones?
izá la respuesta se encuentre en su origen, pues viene del griego ε ́ργον /érgon/—«obra»—, del cual derivaron palabras como enérgico —«que tiene energía»—, energético —«que produce energía»—, y energúmeno1 —«persona poseída por la energía del demonio».
Así, la ergástula está rodeada de energía; por ello no debe asombrarnos que una emoción tan ardorosa y llena de vehemencia como la pasión se relacione con ella, aunque en la antigua Roma fuera el lugar en el que vivían hacinados los esclavos... ¡Sí!, así como lo lees, la ergástula era la cárcel de los esclavos.
Pero, ¿cómo es que la energía se relaciona con un lugar tan lóbrego?

Bueno, pues todo viene del εργαστηριον /ergastérion/ griego, que se refería al «lugar de trabajo», por lo que tenía que ser un espacio en donde se reunieran actividad y energía. Más tarde, los romanos adaptaron este término al latín ergastu ̆lum, tomando en cuenta el hecho de que los esclavos requerían de mucha fuerza y vigor para realizar las labores que se les encomendaban. Del latín pasó al español como ergástulo y entonces su acepción se amplió, al referirse a cualquier tipo de prisión, sobre todo en la literatura:
«Une plainte continue monte du
fond des ergastules.»1
Gustave Flaubert
Aunque su sentido varió, no perdió la pasión, pues no hay prisión sin ella. Si no, pregúntele a Jorge Luis Borges:
«No te arredres. La ergástula es oscura,
la firme trama es de incesante hierro,
pero en algún recodo de tu encierro,
puede haber una luz, una hendidura»1 .
En fin, está tan llena de pasión, que comparte raíz con orgía —la que también requiere de mucha energía. Y aquí podemos apelar al lapsus de mi vecina de cubículo:
—¿Cómo dijiste? ¿«Orgástula»?
—No, ergástula.
—¿Y qué es una «orgástula»?
—Er-gás-tu-la. Pues el diccionario la define como una «pasión» romana... ¡Perdón! Prisión romana...

 

El escritor en situación

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 09 Mayo 2016 Visto: 2823

escritoresLa Redacción. Algarabía
Los escritores, seres caprichosos aun en los casos en que son profesionales y bien disciplinados, suelen escribir donde y como quieren.
En el prólogo del mejor de todos los libros del mundo, su autor, para disculparse de que Don Quijote posiblemente le haya resultado «un hijo feo y sin gracia alguna», pide que tomemos en cuenta que su personaje fue engendrado «en una cárcel, donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido tiene su habitación».
La anotación es sombría aunque no rencorosa, y se advierte que Cervantes habría preferido escribir gozando, como a continuación dice, de la amenidad de los campos, la serenidad de los cielos, el murmurar de las fuentes, la quietud del espíritu, etcétera, con lo cual las musas le hubieran sido más propicias.
Conoce también a los escritores en la intimidad
Y, bueno, yo, aun si nunca le hubiera deseado prisión a mi autor favorito, no estoy en eso de acuerdo con él, pues me parece que la prodigiosa sensación de libertad que hay en El Quijote se debe, entre otras cosas, a haber sido concebido en una cárcel, el lugar propicio para soñar con la libertad.
El Marqués de Sade pasó quizá más de un tercio de su vida en cárceles a las que retornaba con cualquier pretexto.

Podría sospechársele una gozosa vocación de prisionero al famoso escritor francés, pues, a final de cuentas, en la cárcel habrá tenido suficiente tiempo y gana de poner en juego su imagen desatada —dicho sea de paso: desatada pero pobrísima—, pues, por muchas peripecias libertinas y muchos personajes lujuriosos que monótonamente reiteró en el papel, lo que menos logró, contrariamente a Cervantes, es comunicarnos la sensación de vida y libertad.
Aquí surge entonces la pregunta: ¿dónde y cómo es mejor que escriba un escritor?

Y la respuesta vendría ya razonada y expedita: lo propio de un escritor es escribir sentado ante un escritorio y en una habitación ad hoc, con amplia ventana, selecta biblioteca, gato sobre las cuartillas —como pisapapeles—, y buen instrumental de escritura: desde racimos de lápices bien afilados, o pluma de manguillo, o estilográfica, o bolígrafo, o vigorosa pero ya anacrónica máquina de escribir, o hasta el último modelo de computadora —grande o laptop.
Pero resulta que los escritores, seres caprichosos aun en los casos en que son profesionales y bien disciplinados, suelen escribir donde y como quieren y por ello es enorme la variedad de escenarios, ambientes, posturas, estados de ánimo, etcétera, que pueden requerir para cumplir con su raison d’être.
Por ejemplo:
Cafeteros, nómadas et al.
«El café, decía Jean-Paul Sartre, es mi vida, y gran parte de mi obra la he hecho en cafés. Por ejemplo, casi todo El ser y la nada lo escribí en La Coupole, en Les Trois Mousquetaires y en el Flore.»
Y sin duda al filósofo y escritor existencialista los cafés, particularmente los de Saint Germain des Prés —donde Boris Vian le enseñó a respetar el jazz y Juliette Greco, chanteuse existencialista, le maullaba canciones desgarradas y desgarradoras—, le resultaban no sólo lugares de trabajo sino también observatorios para documentarse en los enigmas de la existencia.
Entre nosotros, Tomás Segovia es autor del libro Casa del nómada, ¿y qué puede hacer funciones de casa para alguien tan traslaticio como un nómada, si no es un café, o más bien los cafés de diversos países por los que el poeta «nomadea»?
En la ciudad de México, allá por los años 50, si usted quería encontrar el Café de Chufas, no tenía más que buscar a Tomás Segovia.

Ramón Gómez de la Serna, que era capaz de soltar greguerías donde y como fuese, hasta en un circo y montado en un elefante o alzado en un vertiginoso trapecio, o junto a un farol de gas callejero instalado en su despacho por cortesía del ayuntamiento madrileño, además escribía con frecuencia mirándose duplicado en los ancestrales grandes espejos del Café de Pombo, en la calle de Carretas, Madrid, donde instituyó una tertulia mundialmente famosa y motivadora de un no menos célebre cuadro de José Gutiérrez Solana.
Proust, Twain y yo
Pero, ¿cuál sería, a juicio y sentir de quien esto escribe, la postura y el lugar más deseables para escribir?
Sin ninguna duda, la cama. Cuando pienso que en el lecho monsieur Marcel Proust narró su En busca del tiempo perdido, la obra maestra entre las obras maestras de todo el siglo xx, cuando leo el testimonio de la leal Celeste sobre su patrón escribidorsísimo —«Nunca lo he visto tomar ni una mínima nota de pie o sentado; siempre lo encontraba trabajando en el lecho, apoyando la cabeza en espesos almohadones y usando sus rodillas como escritorio»—, estoy tentado de volverme asmático, para, en la interminable noche del asma, que también sería del alma, escribir y escribir y escribir hasta el término de mi inmortalidad momentánea.
Ese mueble, como se sabe, es el privilegiado lugar de los sueños y del amor, y por eso también el lugar ideal para un acto tan onírico como amoroso: el de escribir.

Parece que no hay, o yo no la he visto, foto de Proust escribiendo en la cama o siquiera mojando bizcochos en el té de mágicos poderes recordadores, pero sí hay una, tomada sorpresivamente o candorosamente posada, de acción espiritual, escribiendo en su cama.
Twain, aún más que también admirable Mark Twain –o Samuel Langhorne Clemens—, autor de las fluviales épicas picarescas, inmarcesibles Aventuras de Huckleberry Finn, quien solía escribir en el lecho, y no, como Proust, por causa de enfermedad, sino, digamos, por puro amor a la cómoda horizontalidad. Él es para mí el mayor héroe de las batallas literarias en campo de plumas, o en mero colchón —que es invento arábigo, ¿lo sabían ustedes?

 

A Galileo ni reivindicación ni tributo, afirma creador escénico

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 09 Mayo 2016 Visto: 2808

galigleooEs interesantísimo y materializa muchas contradicciones, opina
Se utilizan máscaras, títeres, actos circenses y música en vivo para hacer una disección del legendario personaje
Ángel Vargas. Periódico La Jornada
A Galileo Galilei, ni reivindicación ni homenaje. Es un delirio. Así define el creador escénico Fernando Bonilla el montaje de Galileo o la abolición del cielo, del que la compañía Puño de Tierra ofrecerá temporada de nueve funciones, desde hoy y hasta el 25 de mayo, en la plaza Ángel Salas del Centro Cultural del Bosque.

Basada en el pieza teatral La vida de Galileo, de Bertolt Brecht, esa obra, dirigida al público juvenil, aborda el universo particular del legendario científico y filósofo italiano como símbolo de la lucha entre la ética en la ciencia y la ciencia al servicio del poder, señala su creador y director.

Galileo es un personaje interesantísimo que materializa muchas contradicciones. Se trata de un hombre virtuoso, con una mente excepcional, que básicamente modificó para siempre la estructura y los paradigmas científicos, asentándolos en la comprobación y la experimentación. Su comprobación copernicana es un parteaguas, explica.

Sin embargo, se trata de un hombre cercano al poder que luchó incansablemente por su comodidad y tranquilidad material. Cierto, con su quehacer desafió la verdad científico-religiosa imperante en su época; pero, al final, ante el juicio de la Inquisición, pidió perdón y renegó de lo que había enseñado al mundo con sus libros.

Un delirio, un rizoma

Estrenada en octubre de 2015, como parte del pasado Festival Internacional Cervantino, en Guanajuato, la puesta pone sobre la mesa el tema de cómo la ciencia se ha convertido en una suerte de validador universal de la verdad, con lo cual ha ocupado, en muchos sentidos, el lugar que correspondía en el pasado a la religión, señala Fernando Bonilla.

La ciencia, en buena medida, significa el progreso de la humanidad, pero también el fracaso ético. La mayor inversión científica que hoy se hace en el mundo está con el desarrollo armamentista, y la relación que tenemos con la ciencia está tristemente determinada por el consumismo y por la imposición del mercado. Ese es un gran fracaso de la ética dentro de la ciencia.

Otro factor que busca retratar el montaje es cómo, con la serie de descubrimientos que se dieron en la época de Galileo, fue tocada de muerte la religión católica, a la cual el creador escénico califica de cuadrada, intransigente, acartonada, grande y poderosa.

Empezó a morir y todavía la estamos viendo agonizar, para beneplácito de la humanidad. Aunque ha sido sustituida por otras cosas igual de perversas, probablemente. Aunque soy profundamente ateo (en la obra) hay un personaje que representa un lado de la fe comprometido con la verdad.

Galileo o la abolición del cielo se vale de recursos escénicos como máscaras y títeres, algunos de ellos gigantes, además de actos circenses como acrobacia y malabarismo, y música en vivo.

No es un homenaje ni un tributo a Galileo Galilei, aclara Bonilla; más bien es un delirio, un rizoma, una disección a partir de de este personaje apasionante, interesante y muy contradictorio. Tratamos de exponer sus contradicciones que, creo, es un punto dramático de interés. Esto nos sirve para jugar en el escenario.

Funciones lunes, martes y miércoles a las 18 horas en la plaza Ángel Salas del Centro Cultural del Bosque (atrás del Auditorio Nacional). Entrada gratuita.

 

El mundo pasteurizado de la infancia inocente ya no existe

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 09 Mayo 2016 Visto: 2784

mundo pastLos libros compiten la atención por los niños con los dispositivos electrónicos, pero no son enemigos, afirmó en entrevista.
Los libros se presentan el sábado 14 de mayo en la librería Porrúa a las 13 horas y el 17 de mayo en la Feria del Kiosco MoriscoFoto Guillermo Sologuren
Ericka Montaño Garfias. Periódico La Jornada
Los escritores de literatura infantil y juvenil no nos podemos quedar atrás, en el lado ñoño del asunto, porque la sociedad, todo lo que está pasando, va a ritmo muy rápido, expresa la escritora Norma Muñoz Ledo, autora de más de 20 libros dedicados a niños y jóvenes.

Ese mundo rosa y pasteurizado de la infancia inocente ya no existe, añade la narradora, que tiene dos nuevos libros, Serendipias, con ilustraciones de Patricio Betteo, y El señor Escolopendra, ilustrado por Luis San Vicente, ambos publicados por Pearson.

Tomando en cuenta que los niños y adolescentes están muy revolucionados y que es una generación que está en contacto con los medios electrónicos y las redes sociales, es más difícil capturar su atención, sobre todo con los medios impresos; tiene que ser un ritmo ágil, un tema que les interese, que les pueda gustar y que los atrape rápido, porque si te alargas en descripciones te sueltan de inmediato. La motivación electrónica es superabundante y tienes que atraparlos desde la primera línea, añade en entrevista.

Sin embargo no es que haya competencia entre los medios y dispositivos electrónicos y la literatura. Puede haber una sinergia, nunca he pensando que sean enemigos, al contrario: puede haber una compatibilidad en la que un medio remita a otro. Quizá sí hay un poquito de competencia por la atención de los niños, pero no creo que sean enemigos; cumplen diferentes papeles y tienen diferentes espacios.

Norma creció en una familia contadora de historias; ella misma comenzó a contar historias a los seis o siete años, después la vida la llevó hacia la pedagogía, pero no ejerció esa profesión: desde hace 28 años escribe literatura infantil y juvenil.

Siempre lo hace para ese público porque me gusta esa idea de estar cerca de la mente, del pensamiento de niños y jóvenes. Ha sido parte de mi forma de pensar y de ver la vida, porque pienso que fui alguien bastante sola cuando era niña, aprendí a jugar mucho, a entretenerme sola; los niños tienen una actitud lúdica frente a la vida, aunque tengan una situación personal muy difícil siempre tienen una actitud lúdica, y creo que crecí con esa actitud.

Como escritora le interesa que los libros sean de calidad, que estén bien hechos, que cuenten historias que no sean complacientes. “Que sean libros inteligentes para gente inteligente. La literatura infantil en México tiene que dar un brinco, sí lo está dando, pero lo tiene que consolidar. La realidad nos rebasa, a las editoriales, no sé si a los autores, porque a veces hay cierta necesidad de las editoriales de ser complacientes con los maestros y con los papás, tratar temas facilitos, no usar malas palabras –dios nos libre de usar una grosería cuando en la realidad los niños las usan.

“La cosa con los libros para niños es que hay muchos intermediarios entre autor y lector: papás, maestros, bibliotecarios, promotores. Sí hay miedo todavía hacia un cierto lenguaje, hacia ciertos temas, y estás viendo la realidad por acá. No pueden entender que los niños están viviendo rápido, están muy solos, los papás trabajan, están en manos de toda clase de nanas electrónicas que les dan todo tipo de información.

A veces quisieras poder escribir lo que fuera, pensando que hay una sociedad madura que va a aceptar ese tipo de escritura, de temas, y los niños lo aceptarían, pero no los adultos. A veces las editoriales te dicen que no escribas sobre eso o lo otro, o temas que de plano son rechazados, y entonces piensas que hay que abrirle una ventanilla a los niños. Sí se está abriendo cada vez más, hablando de estos temas más complicados, pero todavía existe ese factor de sobreprotección de mundo rosa y pasteurizado que ya no lo es desde hace mucho.

Serendipias y El señor Escolopendra se presentan el sábado 14 de mayo en la librería Porrúa que se encuentra en la primera sección del Bosque de Chapultepec a las 13 horas, y el 17 de mayo en la Feria del Kiosco Morisco (Mariano Azuela 121 en la colonia Santa María la Rivera).

 

Hay que vivir de tal manera que la muerte sea un accidente’: Vargas Llosa

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 09 Mayo 2016 Visto: 2769

vargas llosEl escritor peruano y premio Nobel de Literatura, explicó que lo importante es "seguir vivo hasta el final, no morirse en vida"
EFE / FOTO: EFE. EXCÉLSIOR

Vargas Llosa mencionó que hay que tratar de mantenerse aceptando las "limitaciones" de la edad, pero mientras uno trabaja y tiene ilusiones "no hay que pensar en lo demás".
CIUDAD DE MÉXICO.

El escritor peruano y premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, mencionó en Buenos Aires que a sus recién cumplidos 80 años, lo importante es "seguir vivo hasta el final, no morirse en vida", y que lo interesante es hacerlo de tal manera "que la muerte sea un accidente".

No hay espectáculo más triste que el de esas personas que se mueren en vida, que pierden las ilusiones y empiezan a esperar la muerte", detalló el literato durante la presentación de su última novela, "Cinco esquinas" en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

En su opinión, hay que tratar de mantenerse aceptando las "limitaciones" de la edad, pero mientras uno trabaja y tiene ilusiones "no hay que pensar en lo demás", indicó.

Al respecto, destacó que es interesante vivir de una forma que la muerte "sea un accidente", que caiga como algo "absolutamente inesperado" que viene a interrumpir una vida que estaba "en plena efervescencia".

Ante centenares de espectadores, incluida su conocida pareja, Isabel Preysler, así como su hijo Álvaro Vargas Llosa, y entrevistado por el escritor y periodista argentino Jorge Fernández Díaz, el autor habló de diversidad de temas, entre ellos se refirió al precandidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump.

Es un señor que dice cosas que son completamente ridículas, absurdas. Ha llamado a los mexicanos violadores, piojosos... ha dicho cosas que no puede tener conciencia de que son disparates pero son disparates que toca en algunos bajos instintos de la gente y que explican su popularidad", subrayó.

A su juicio, esa "demagogia y esas payasadas" le han dado una popularidad que es "sumamente inquietante" y consideró que no cree que vaya a llegar nunca a la presidencia, pero que si así fuera, en Estados Unidos "hay muchas defensas y un presidente no puede convertirse en un caudillo", contrapesos al Poder Ejecutivo.

Del papa Francisco reiteró que es una "figura simpática" cuyos gestos "parecen muy buenos", pero que son "solo gestos", ya que "cambios reales no hay", debido "seguramente" a que la maquinaria de la iglesia es "muy difícil, muy lenta" y está "muy inmovilizada por actitudes muy conservadoras".

Lo que impresiona en el que las cosas que dice son muy realistas. Lo que es extraño es que en la iglesia solo se diga ahora y no antes que los divorciados no son unos monstruos. Nosotros lo sabíamos hace mucho tiempo, ahora, que lo diga un papa ya es una cosa interesante", aseveró.

También criticó el populismo y la corrupción y defendió la economía de mercado, que si se aplica "honestamente" funciona y enriquece "enormemente" a los países y crea "mejores oportunidades para todos".

No hay que engañarse: no hay otro modelo. Los otros modelos no traen prosperidad, ni mayor libertad. En muchos casos lo que traen es coerción, una falta de libertad que llega a crear verdaderos infiernos en la tierra", destacó.

 

El realismo remozado de Camilo José Cela

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 09 Mayo 2016 Visto: 2872

camiloEl próximo miércoles se cumple el centenario del natalicio del escritor español, cuya obra literaria le hizo merecer no sólo premios como el Asturias o el Cervantes, sino el mayor de todos: el Nobel en 1989
RICARDO SEVILLA. EXCÉLSIOR
CIUDAD DE MÉXICO.

Desde el comienzo de su carrera, Camilo José Cela desprecia los valores estéticos de la literatura española. No hay momento en que el autor —cuyo centenario de nacimiento está en puerta (11 de mayo de 1916)— se canse de ironizar sobre el “iberismo” español. Sin ser propiamente un crítico cultural, el vituperio y la divergencia son sus sellos. Su opinión, ya sea por estentórea y provocativa o por fustigadora e independiente, tuvo gran peso en su carrera.

En el catálogo de sus logros —además de haber conseguido el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1987, el Nobel de literatura en 1989, el Cervantes en 1995— sobresale la fundación de una revista que editó durante 23 años consecutivos, Papeles de Son Armadans, y la constitución, en 1956, de la editorial Alfaguara.

Eso aparte, pocos ignoran que La familia de Pascual Duarte condensa lo mejor del genio de Cela. La novela se inserta en una corriente literaria llamada tremendismo, caracterizado por una especial aspereza en la exposición de la trama. El movimiento no es original, claro. Antes de Cela lo habían practicado Tomás Borrás y Francisco de Cossío. Se trata del realismo español remozado. En todo caso, lo interesante es cómo Cela —pasando por La Celestina, la picaresca, Quevedo y los esperpentos de Valle Inclán— consigue tejer su potente madeja literaria. Así, el bajo fondo social, el lenguaje avinagrado, la epopeya del hambre, la ironía encarnizada, el sarcasmo mustio, el claroscuro violento, son esenciales en esa España provinciana y atroz que, como pocos, narró Cela ahí.

Nada nuevo, se dirá, tratándose de un hombre que bebió su elíxir literario, principalmente, en la picaresca. Pero Cela es más que eso. Como todo artista, es una encrucijada de influencias, y también ensaya algo de filosofía existencial y bastante de técnica inglesa y estadunidense. En La familia de Pascual Duarte, el influjo de la novela picaresca es deliberado y el autor es consciente de eso. El ritmo rápido y desenfadado de la narración, el lenguaje castizo, los giros populares que nunca lo rebajan, sino lo elevan, poseen cierto regusto de los clásicos del género: El Lazarillo, La vida del Buscón. Y Cela nunca lo negó.

Sobre la influencia existencialista cabrían más dudas. No es fácil sostener que en 1941 Cela conociera a fondo esta tendencia filosófica. La divulgación de las novelas de Sartre y Camus en España es posterior. No obstante, antes de los héroes existencialistas, en el ambiente español ya había una gran inclinación hacia la filosofía del desencanto, tal como se observa en Unamuno y Baroja, que abrevaron de Kierkegaard, Schopenhauer y Nietzsche.

Es natural; las ruinas de la Guerra Civil española y las perspectivas futuras, que terminaron enfangadas en las aguas del desencanto, crearon su propia atmósfera de hastío. Así, no sería inexacto hablar de cierto nihilismo y angustia en el espíritu español de la época. En aquél periodo se planteó una revisión de todos los valores, un juicio crítico de lo humano y lo divino, cuyo balance nunca fue positivo. Ese aire —común en toda Europa— es el que respiraron Cela y Sartre. No es una influencia concreta, sino una atmósfera convencional. No es casual que el existencialismo francés, el neorrealismo italiano y el tremendismo español aparezcan casi al mismo tiempo.

En cuanto a la elaboración de su discurso, algunos procedimientos estilísticos como la retrospección, el diálogo entrecortado, la acérrima tendencia a las descripciones, denuncian su cercanía con la novela de EU. Y si vamos lejos con esto, Cela parece prefigurar al Faulkner de Santuario.

Curiosamente, aunque La familia de Pascual Duarte es una novela de ideas, también exhala populismo. No es tanto la picaresca lo que en ella sobrevive, sino ese antiguo fatalismo español —donde se conjugan raíces ibéricas: circunspección senequista, estoicismo cristiano, Islam arábigo y ésa obsesión por salvaguardar la honra— lo que impera en sus páginas.

En términos sucintos, la novela cuenta la historia de un labrador de Torremejía badajoceña, en Extremadura —quizá hasta ese momento la región más pobre de España—, quien comete una proverbial cadena de crímenes empujado por una oscura fatalidad que nunca se sabe bien de dónde proviene. Pascual hiere a un hombre, mata a otro y al cabo concluye por asesinar brutalmente a su propia madre. La escena se describe con una violencia que, hasta entonces, resulta infrecuente en la literatura española.

Ni el tema ni los pormenores sitúan la narración en un año específico. El localismo hace pensar que podría ocurrir en cualquier lugar del mundo. En todo caso, Cela consigue guiar la anécdota lejos de su esfera anodina y la convierte en una de las obras más destacadas del imaginario hispano. A un siglo del nacimiento de “El bronco Cela”, como lo llamó Paco Umbral, valdría la pena retomar su obra comenzando con esta corrosiva novela.

 

Siete años difíciles

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 07 Mayo 2016 Visto: 2690

Rudyard KiplingRudyard Kipling. Algarabía
Rudyard Kipling, célebre por escribir El libro de la selva , logró «traducir» con sus obras el pensamiento de la India al mundo Occidental.
A continuación te presentamos sus impresiones de cómo era el lugar donde nació, luego de haberse educado en Londres.
Soy, con la venia, el pobre hermano Lippo. No me acerquéis al rostro las antorchas.
Fra Lippo Lippi
Volvía a visiones y olores que me arrancaban frases vernáculas cuyo significado ignoraba.
Podría haberme ocurrido que mi madre no fuese «la clase de mujer que a uno le gusta», como en un caso terrible que conozco, o que mi padre resultase inaguantable. Pero mi madre demostró ser más encantadora de lo que yo hubiera podido imaginar o recordar; y mi padre no sólo era una mina de sabiduría y de valiosa ayuda, sino también un compañero experto, tolerante y lleno de buen humor. Me dieron habitación propia en la casa. El criado de mi padre, con toda la solemnidad de un contrato matrimonial, me cedió a su hijo para que fuese mi criado.
No sólo éramos dichosos, sino también conscientes de serlo.

Disfrutábamos más en familia que
 en compañía de los extraños y cuando, algo después, llegó mi hermana, la felicidad fue total.
Los diarios locales
Pero el trabajo era difícil. Yo era el cincuenta por ciento del «equipo editorial» del único diario del Punjab, hermano pequeño del gran Pioneer de Allahabad, que era del mismo propietario. Y un diario sale todos los días aunque la mitad de su equipo tenga fiebre.
Mi jefe me llevó, como quien dice, de la mano y, durante tres años o así, lo odié. Tuvo que adiestrarme y yo no tenía idea de nada. No sé hasta qué punto
 mi aprendizaje lo hizo sufrir, pero todo lo objetivo que llegara yo a ser, todo el hábito que adquiriese en verificar fuentes y en conseguir trabajar sin moverme del despacho, se lo debo a Stephen Wheeler.
Descubrí que un
 hombre puede 
trabajar con 
cuarenta de fiebre,
 aunque al día
 siguiente tenga que 
preguntar quién 
escribió su propio 
artículo.

Nunca trabajé menos de diez horas al día, y rara vez más de quince al día. Como nuestro periódico era vespertino, sólo vi la luz del mediodía los domingos.
[...] Desde 
una perspectiva
 moderna, supongo que aquélla era una vida perra; pero mi mundo estaba lleno de muchachos que, con muy pocos años más que yo, vivían solos y morían de fiebre tifoidea a los veintipocos años.
Bombay: mausoleo de fantasmas
No había libros, cuadros, obras de teatro, ni más entretenimientos que los deportes que permitía el invierno. El transporte se limitaba a los caballos y al ferrocarril que buenamente había. Esto significaba que el radio normal de viaje podía ser de unos diez kilómetros a la redonda.
La muerte era siempre una compañera cercana. Una vez, en nuestra comunidad blanca de 70 personas, se dieron once casos de una epidemia tifoidea. Como todavía 
no existían las enfermeras profesionales, los hombres cuidaron a los hombres, y las mujeres a las mujeres.
«Hombres y mujeres caían donde fuera, de ahí la costumbre de buscar a cualquiera que no llegara a las reuniones diarias»

Nos acompañaban los difuntos de todos los tiempos; en el gran cementerio musulmán abandonado que estaba cerca de la estación y donde, cualquier mañana, el caballo podía pisar fácilmente un cadáver medio desenterrado. Los cráneos y huesos afloraban entre los muros de adobe del jardín. Las lluvias los volvían a desenterrar y había tumbas a cada paso.
Una ciudad vociferante
Tan pronto como el periódico pudo confiar un poco en mí, que había hecho bien el trabajo rutinario, me envió primero a hacer informaciones locales y, después, a las carreras de caballos, donde pasé tardes curiosas en el tenderete de las apuestas.
Lee: Ama lo que haces y haz lo que amas
Informé sobre fiestas de aldea, con las inevitables epidemias de cólera o viruela; sobre motines populares a la sombra de la mezquita de Wazir Khan, donde las pacientes tropas, tendidas en los parques o en las callejuelas laterales, esperaban la orden de cargar contra la multitud y pegarle a la gente en los pies con la culata del fusil —en aquella época, la Administración civil consideraba que matar equivalía a reconocer un fracaso.
Y así la ciudad vociferante, enfervorizada, ebria de sus propias convicciones, era dominada sin derramamiento de sangre o con la comparecencia de un virrey que gesticulaba mucho.

Relaté también visitas de virreyes a los príncipes vecinos, junto al gran desierto de la India, donde había que lavarse las manos y la cara con agua mineral; revistas de ejércitos dispuestas a invadir Rusia a la semana siguiente; recepciones de algún potentado afgano con el que el Gobierno indio quería estar a bien —éstas incluyeron un paseo hasta el Khyber, donde me alcanzó el disparo perdido de un bandido que no aprobaba la política exterior de su gobierno.
A la tierra que fueres...
Recibí el primer intento de soborno a los 19 años, cuando me encontraba en un Estado indígena donde, naturalmente, uno de los afanes de la administración era conseguir más salvas de honor para el representante oficial en sus visitas a la India británica, propósito para el que podía ser útil hasta la recomendación de un corresponsal perdido.
Como el remitente era de casta alta, le devolví el regalo mediante un barrendero, que era de una casta inferior.

De vuelta al periódico, me encontré con que el director estaba enfermo y tenía que quedarme al cargo. Entre la correspondencia editorial, había una carta del mismo Estado indígena, en la que se daba cuenta de la visita de «su reportero, un tal Kipling» que, al parecer, había violado uno por uno los diez mandamientos desde el rapto al robo.
Les contesté que acusaba recibo de la queja en calidad de director interino, pero que debían comprender en mí cierta parcialidad ya que la persona de la que se quejaban era yo mismo.
Volví a visitar alguna vez aquel Estado y nada ensombreció ni por asomo nuestras relaciones. Yo tenía ya práctica en el insulto a la manera oriental, que ellos entendían. Y me devolvieron la pelota a la manera asiática, que yo entendía, y asunto concluido. [...]
Encuentra el relato completo de la experiencia que obtuvo Kipling como periodista en la India, para inspirar sus narraciones en las que exalta los valores del Imperio británico, en Algarabía 86.

 

"¿De cómo se salvó Wang Fo?" participará en el festival Otras latitudes.

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 07 Mayo 2016 Visto: 2843

ALIADOS TEATROEl grupo Aliados Teatro bajo la dirección de Blanca Lander fue seleccionado a participar en el festival Otras Latitudes con la obra de "¿De cómo se salvó Wang Fo?", adaptación de Pablo Cano, sobre el cuento original de Marguerite Yourcenar), de Aliados Teatro.
El grupo Aliados Teatro fue seleccionado para participar en el festival Otras latitudes que es un festival convocado por la Coordinación Nacional de Teatro y bueno, fuimos seleccionados, no tengo el número preciso de cuántos estados postularon pero esta vez fue muy gratificante ver Tlaxcala presente en este festival. Haydeé Boetto Bárcena, actriz, dramaturga, directora de escena y titiritera, encauzó el montaje.
Mantuvimos asesorías por parte de la ELAT con la maestra Haydeé Boetto, luego vino la muestra estatal y reforzamos un poco más las asesorías otra vez con Haydeé Boetto, ya que teníamos la experiencia del trabajo con ella y pues seguimos ensayando preparamos en los talleres de la escuela de títeres recientemente en el diplomado de teatro ofertado por el centro de las artes. Aliados Teatro sigue preparándose y trabajando en nuevas propuestas.
Voy a montar una obra con la técnica de teatro de papel, entonces igual estaremos esperando el resultado, igual va a ser un monólogo, ya eso es ahorita lo que estoy haciendo pero creo que el proceso que he tenido, los compañeros que he tenido, los maestros que he tenido, han puesto en mí una cosilla que ha aportado a mi trabajo. "¿De cómo se salvó Wang Fo?", abrirán una temporada antes de presentarse en el Festival Otras Latitudes, la invitación se hará muy pronto para que el público asista concluyó Blanca Lander.

 

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