Sergio Ramírez prologará la impresión que hará del nicaragüense la Real Academia de la Lengua Española, además de difundir ‘A la mesa con Rubén Darío’
JUAN CARLOS TALAVERA. EXCELSIOR.
Foto: Notimex/Archivo
CIUDAD DE MÉXICO. La Real Academia de la Lengua Española (RAE) y la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) publicarán la edición conmemorativa con lo mejor de la poesía y los textos periodísticos del nicaragüense Rubén Darío (1867-1916), a partir de Prosas profanas, Cantos de vida y esperanza y Tierras solares. El libro estará listo en marzo y contará con varios estudios y un prólogo del también escritor nicaragüense Sergio Ramírez para celebrar el centenario de su muerte el próximo 6 de febrero.
Además, el narrador y ensayista Sergio Ramírez adelanta a Excélsior que en las próximas semanas publicará el libro A la mesa con Rubén Darío, bajo el sello de Trilce Ediciones, donde recuperará uno de los aspectos desconocidos de Darío: su relación con la cocina.
El libro abordará la relación de Rubén Darío con la gastronomía, un tema bastante desconocido. Pero él escribió numerosas piezas periodísticas y ensayos sobre cocina latinoamericana, española, francesa, nórdica, y lo que hago en el libro es un estudio sobre Darío como cronista de la cocina, pues era un verdadero gourmet”.
Parte de este trabajo lo presentará el autor en marzo próximo, durante el séptimo Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE), en Puerto Rico, donde se llevará a cabo una mesa de homenaje a Rubén Darío, el renovador de la lengua, autor popular, periodista y cuentista.
¿Por qué no es tan conocida la obra periodística de Darío?, se le pregunta. “Es paradójico pero dos tercios de su obra es periodismo. Fue corresponsal del diario La Nación en Europa, y durante sus años en Buenos Aires escribió para periódicos chilenos. Además, fue uno de los creadores de la crónica moderna, dentro de ese concepto en que hoy la vemos: como un relato de hechos contemporáneos pero con calidad literaria”.
Tan sólo para La Nación escribió más de 600 crónicas, destaca, algunas de las cuales están compiladas en el libro España contemporánea, que inicia en 1899. “Son crónicas magistrales. Otro libro importante es Tierras solares y De tierras solares a tierras de bruma, con sus crónicas de viaje por España, Italia, Alemania, Austria, Hungría y Bélgica”.
Sin embargo Sergio Ramírez asegura que aún existen muchas crónicas dispersas, las cuales no han sido paleografiadas o localizadas. “Aunque hay otras compilaciones interesantes como: Parisina, con crónicas de París y otras sobre su retorno a Nicaragua de 1907 en El viaje a Nicaragua e Intermezo tropical. Lo cierto es que hay centenares de crónicas que no han sido paleografiadas”.
¿Cómo definiría la obra de Darío y su peso en la historia de la literatura? “Podemos definir el peso de Darío en dos sentidos. Por un lado está el deleite de los viejos y nuevos lectores por su poesía; por el otro la herencia que dejó en el tejido de la cultura hispanoamericana contemporánea, en la medida que influyó en un lenguaje no sólo literario, sino cotidiano”.
A partir de esa idea, añade, creó nuevas generaciones de escritores y poetas que van desde la poesía culta de Octavio Paz y Jorge Luis Borges –quienes se declaran sus herederos–, hasta los compositores de tangos y boleros, también influenciados por el modernista, como Alfredo Lepera y Agustín Lara.
¿Dónde está el mayor peso literario del poeta y periodista? “Usaría el mismo concepto. Está el Darío popular, que es el autor de Azul, de los cuentos en verso y de poemas como A Margarita Debayle, La cabeza de Rawí, que corresponden al poeta escolar... Es el más difundido, el popular y al mismo tiempo el más perecedero”.
Y también está el Darío menos leído, el de la poesía profunda que indaga sobre la muerte, la existencia, el destino, el universo y que me parece lo convierte en verdaderamente trascendental. Aunado a sus aspectos menos conocidos, como el de prosista y cronista, destaca.
EL POETA EN MÉXICO
México fue un lugar importante para Rubén Darío, tal como lo demostró en el breve apunte su poemario Prosas profanas, donde afirma lo siguiente: “Si hay poesía en nuestra América, ella está en las cosas viejas: en Palenque y Utatlán, en el indio legendario y en el inca sensual y fino, y en el gran Moctezuma de la silla de oro”.
Al respecto, Sergio Ramírez recuerda que su cercanía con México era vital. De ahí que escribiera el poema Tutecotzimí, considerado uno de los poemas trascendentales de su obra, “que es una exploración documentada y bien cimentada sobre la vida precolombina. Así que este poema demuestra su dedicación por la cultura precolombina. Me parece que Darío era un hombre de varios mundos y el mundo prehispánico no fue el menor en su formación y expresión literaria”.
En ese poema se puede leer: “Los centenarios árboles saben de procesiones,/ de luchas y de ritos inmemoriales. Canta/ un zenzontle. ¿Qué canta? ¿Un canto nunca oído?/ El pájaro en un ídolo ha fabricado el nido./ (Ese canto escucharon las mujeres toltecas/ y deleitó al soberbio príncipe Moctezuma)”
También está el cuento Huitzilopochtli, donde Darío se adelantó a la historia que más tarde contaría Carlos Fuentes en Gringo viejo, que relata la desaparición del periodista y escritor estadunidense AmbroseBierce.
Pese a todo, aún persiste en la memoria aquel percance cuando Darío llegó al puerto de Veracruz, para participar como diplomático en los festejos por el Centenario de la Independencia, en 1910, donde fue rechazado con su comitiva. A este respecto Ramírez le quita peso al hecho y asegura que todo fue por circunstancias políticas.