Margo Glantz presenta La cabellera andante, compilación de textos publicados entre 1977 y 1979
Es un guardapelo con las muestras más preciadas para mí de esta excrecencia del cuerpo, expresa la escritora en entrevista
Explica que hace 30 años no entendían su estilo: Mi textualidad les parecía disparatada; ahora ya tengo una forma de escritura que me pertenece
Mónica Mateos-Vega. Periódico La Jornada
Cuando Margo Glantz (DF, 1930) publicó en los años 80 su libro De la amorosa inclinación a enredarse en cabellos su estilo narrativo no fue bien comprendido, reconoce la autora, a excepción de Carlos Monsiváis, quien entonces la elogió llamándola erudita, gozosa, amena, insistente y tangencial.
Así es la escritura en aquel análisis literario en torno al pelo, que ahora tiene una nueva versión titulada La cabellera andante (editada por Alfaguara). Incluye los textos que Margo publicó por entregas entre 1977 y 1979 en el periódico Unomásuno, otros tantos en la revista Zona Franca, de Caracas (septiembre-noviembre de 1979), además de dos apartados con fragmentos de libros y textos anónimos o saberes populares.
Más que un ensayo el libro es un gabinete de curiosidades, como señala la presentación del volumen, o un relicario, como lo describe la escritora, pues en las páginas de la obra se conservan algunas de las muestras más preciadas para mí de una excrecencia del cuerpo humano que ha significado a la vez resurrección y muerte, erotismo y represión. Insisto en que este libro es un simple guardapelo.
Indescifrable
En entrevista con La Jornada, la autora reitera que hace tres décadas fue difícil la irrupción de su obra en el mundo literario, porque no se le podía etiquetar, “y las personas necesitan etiquetas para comprender un texto. Necesitan meterlo en un contexto conocido para que lo puedan juzgar. La cabellera andante tiene muchas vertientes que no desembocan en un género específico. Es una producción intertextual, intergenérica, fragmentaria, una textualidad que abre muchos caminos, que deja muchas cosas abiertas. Hay, por ejemplo, crítica, pero no de manera tradicional, sino rompiendo con los cánones”.
Por ello, cuando publicó De la amorosa inclinación a enredarse en cabellos, así como varios de sus primeros escritos, mi textualidad les parecía disparatada. A lo largo de los años, cuando llevo ya muchas publicaciones y tengo ya una forma de escribir característica, las personas me entienden mejor, porque ya tengo un conjunto de cosas donde hay definición, una forma de escritura que me pertenece. Ya soy más fácil de clasificar, aunque me choca que lo hagan.
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Margo Glantz adelantó que este año piensa publicar, por fin, un libro sobre dientes, en el que lleva trabajando muchos añosFoto José Antonio López
Margo dice que su forma de escribir ha sido siempre la misma, “aunque he realizado textos diversos con diferentes estructuras, pero siempre privilegio el fragmento y una temática que es obsesiva, la cual muchas veces está conectada con el cuerpo.
“En este caso se trata del cabello, que es muy importante, porque históricamente ha sido fundamental tanto en las religiones como en las manifestaciones culturales de todo tipo. El cabello determina una forma de ser y de estar en el mundo.
“Todas las formas que tienen que ver con la proliferación o la extirpación absoluta del cabello son fundamentales para la cultura y son las que me interesan, claro, una cuantas, porque es imposible abarcarlas todas. Por eso este es un libro importante; el cabello funciona a manera de elementos sueltos, el fragmento en sí mismo, que al juntarse van formando una cabellera, que sería errante o andante, y podría ponerse en un relicario.
En el siglo XIX los relicarios fueron muy importantes, no religiosos, sino cívicos, es decir, emotivos y afectivos: las personas cortaban un rizo del cabello de alguien y lo ponían en un relicario como una acción profundamente entrañable.
Los peinados de Bowie
En opinión de Glantz, el cabello está volviendo a ser muy importante sobre todo en los fundamentalismos: “La mujer tiene que cubrirse la cabeza, los hombres tiene que ponerse turbantes, manifestaciones externas e importantes de una religiosidad. Por eso estudiar el cabello y trabajarlo literariamente es muy significativo; se aprende sobre ciertos modos de ser.
Un ejemplo claro es David Bowie, en quien es muy impresionante ver las diferentes formas de peinarse que tuvo, elementos que determinaron su personalidad. El cabello es tan esencial que todas las religiones lo regulan, basta ver los mitos en torno al cabello que hay en la Biblia.
Este año Margo Glantz piensa publicar, por fin, dice, un libro en el que lleva trabajando muchos años, esta vez acerca de los dientes. Es una novela, o lo que sea, concluye la autora.