La Redacción. Algarabía
Conoce los distintos significados que se le atribuyen a este símbolo que se entiende igual aquí que en China.
¿Cómo sabemos a dónde dirigirnos? Por lo regular, siguiendo señales que ostentan una flecha.
Es difícil establecer las razones por las que la flecha, que debió de tener su origen en la cultura de los pueblos cazadores, llegó a su apogeo después de la Revolución Industrial. Es posible que se deba a las muchas funciones que tiene: marcar dirección, implicar, puntualizar y denotar movimiento, entre otras.
Como símbolo, la flecha representa el pensamiento y el conocimiento, dada su relación con el rayo de sol, que es luz esclarecedora.
Esto la convierte en atributo divino: son arqueros Artemisia, Apolo y Eros. En cambio, un esqueleto portando arco y flecha simboliza la muerte. El demonio y la representación de la peste recurre a la figura de ángeles vengadores que lanzan sus flechas.s17-curiosidades-arquero
Una flecha representa también la castidad —fugaz y frágil—, mientras que un haz de ellas alude a la constancia, la concordia, la unión y la fuerza. En nuestros días, se mantiene asociada a la rapidez y la velocidad, pero cada vez es más una señal que un símbolo.
La punta de lanza
El de la flecha es uno de los primeros signos empleados por el hombre, pues desde la prehistoria se relaciona con la caza y con la protección; es decir, con la supervivencia y la vulnerabilidad, con la vida y con la muerte.
Esta forma despierta sentimientos de agresividad y de miedo, ambos fundamentales en nuestra estructura psicológica.
Con la aparición de las primeras construcciones —producto de la albañilería— y de la navegación en barcos, surgió la necesidad de un instrumento que permitiera señalar un punto con precisión. Las puntas de flecha debieron ser utilizadas en aquel tiempo como plomada y como taladro.
Siglos después, en la época medieval, encontramos indicadores con forma de lanza y de alabarda. Estas formas las copiaron los relojeros para aplicarlas a las manecillas de las armas de sus contemporáneos.
El signo de la flecha apareció en la cartografía en la forma de la brújula y la rosa de los vientos. También
se aplicó a la incipiente astronomía para simbolizar
los planetas. Probablemente el Sol fue representado por un círculo al que se le añadía una flecha que indicaba la irradiación en una dirección determinada
y es presumible que los símbolos de Marte y Urano se originaran de modo análogo.
En los signos zodiacales, la flecha se relaciona con Sagitario.
En la matemática y en la lógica matemática, la flecha horizontal tiene el valor de tendencia e implicación.
Hoy en día, la flecha también se utiliza en los diagramas meteorológicos: dos flechas cruzadas significan borrascas de nieve; una flecha horizontal apuntando hacia la izquierda indica heladas; los meteoros eléctricos y las tormentas próximas se señalizan por medio de una flecha quebrada. La línea quebrada con cabeza de flecha que designa al rayo también significa peligro en un contexto más general.
Señal de que vamos avanzando
En una sociedad en la que aún servía de arma ofensiva, la flecha fue empleada como indicador de dirección, sujetándola a árboles o postes.
El significado direccional de la flecha se fija a la memoria desde la infancia, y al parecer no existe un signo más adecuado como indicador de dirección: por ejemplo, durante el siglo xvii, se intentó indicar los caminos con una mano con el pulgar extendido, pero la iniciativa no tuvo éxito.
El símbolo del reciclaje, tan conocido y necesario en estos días, es un ejemplo de flechas que indican un circuito continuo
Cuando inició la circulación de automóviles, se adoptaron rápidamente los rótulos con flechas para señalizar los caminos. En un congreso de la Liga Internacional para el Turismo —que tuvo lugar
en Londres poco antes de
finalizar el siglo xix—, fueron elaborados los primeros modelos unificados de las señales de circulación, que serían ratificados en 1900 en el congreso celebrado en la ciudad de París.
Hay de flechas a flechas
Aunque existen muchas variaciones formales, la flecha se compone de tres secciones: la cabeza, la caña y la cola.
En las primeras placas de circulación, la flecha aún era notablemente realista: la cabeza aparecía con su garfio y el extremo opuesto se representaba con una estilizada cola de plumas.
En el siglo xx, la International Electrical Commission —iec— estandarizó las distintas configuraciones de las flechas para lograr una misma interpretación, sin importar si las vemos en planos, máquinas, relojes, aparatos, paredes o postes. Pero lee más de esto en Algarabía 64.