El Museo Internacional del Barroco y su restaurante se han tomado tan en serio la visita de dos grandes: Dalí y Dante. De colores y sabores surrealistas se compone una visita a este museo poblano.
Fue a mediados de los años 60 cuando al pintor español Salvador Dalí le fue comisionado el desafío de ilustrar los cantos que componen la Divina comedia, obra cumbre del también célebre italiano Dante Alighieri. A través de trazos firmes, colores disonantes y el inigualable estilo onírico del pintor surrealista, el relato del tránsito de Dante por el infierno, el purgatorio y el paraíso cobró vida. Cincuenta años después, podrás experimentar de cerca el talento de ambos genios a través de la exposición temporal que el Museo Internacional del Barroco, en Puebla, inauguró el 8 de noviembre. Conformada por 100 dibujos y acuarelas, esta exhibición está dividida de acuerdo a los tres episodios principales que conforman el libro, desde el descenso del protagonista hacia el inframundo hasta su redención.
¿A qué sabe el infierno?
Atestiguar la maestría pictórica y literaria de ambos genios europeos no es la única experiencia que te ofrece el Museo; de hecho, en su restaurante, Barroco, podrás saborear un menú de nueve tiempos inspirado en la exposición itinerante. Alan Sánchez, chef ejecutivo de Barroco y el encargado de traducir la pintura en sabores, asegura que interpretar la exposición fue un reto complicado porque había que tomar en cuanta la visión artística de dos genios: Dante y Dalí. En colaboración con Pablo Frankel, director de museografía del Museo Internacional del Barroco, el chef tuvo que empaparse de la visión de ambos creadores para convertir en sabores y montajes en el plato la intensión del artista y el espíritu de la obra.
Menú
El menú abre boca con el Círculo 1, titulado Dalí por el chef. Este primer tiempo está conformado por un macarrón de macadamia con cremoso de vainilla y ahumado de tabaco, un dulce inicio para romper convencionalismos como lo hacía el artista español.
El Circulo 2, Limbo, es una ensalada de tubérculos y vegetales del huerto con humo de tetl; está cubierta con una oblea que cuando retiras deja escapar al humo de manera que el disfrute se va de inmediato de los ojos a la nariz para culminar en el gusto.
Círculo 3, Lujuria: trucha de manantial criada por el equipo de investigación de Barroco, acompañada de zanahorias, aire rojo y espuma de mar. Su colorido es tan sorprendente como su sabor.
Posteriormente llega el Círculo 4, titulado Golosos. Aquí saborearás un puré de huitlacoche, musgo de romero, hongos ahumados servido sobre una tortilla negra. Los tonos oscuros y profundos de este platillo evocan los pantanos narrados en la Divina Comedia, pero su sabor es sutil, equilibrado y brillante a la vez.
El Círculo 5 y 6 Avaros iracundos dio paso a la parte más contundente del menú. Este tiempo estuvo integrado por un crocante salado, falsa morcilla, habas verdes y jengibre con chiles: una pequeña sorpresa crujiente que se va desenvolviendo tanto en el plato como en tu boca.
Cerca del final llegó uno de los platos más sorprendentes: el Círculo 7, Herejes, una preparación acrobática con cordero tierno, verduras surrealistas, puré de Castilla y salsa española. Una divertida forma de confundir a los comensales con sabores conocidos presentados de forma sorpresiva.
El Círculo 8, Violencia, estuvo compuesto por cerdo con panza flameada, esponja de pulla, adobo rojo y brotes. Lejos de violentarte, este platillo te hará sentir confortado y exaltado por los intensos sabores y texturas.
Para cerrar esta experiencia surreal, llegó a la mesa el Círculo 9, llamado Fraudulentos y traidores. Sobre este postre no te adelantaremos nada para no arruinar el elemento sorpresa. Solo va una pista: cho-co-la-te.
Un día en el museo
Te recomendamos que dediques un día completo para visitar el MIB pues su colección permanente ahonda en el prolífico pero poco estudiado periodo artístico del barroco, desde Europa hasta América y Asia.
Al llegar, lo primero que sorprende es el edificio que lo aloja, pues no es lo que normalmente se espera de si piensas en arquitectura Barroca. Fue diseñado por el arquitecto japonés Toyo Ito, Premio Pritzker 2013, y está creado a partir de las más modernas tendencias museísticas. La estructura, a pesar de ser moderna, homenajea al barroco a través de elementos propios de esta corriente artístico como la instalación de fuentes y espejos de agua, relacionados con la naturaleza, y el empleo del claroscuro a través de entradas de luz y líneas curveadas en los muros.
Ruta sugerida
Ya que andas por acá, vista la Ex Hacianda de Chautla, a solo 40 minutos de la capital poblana. Aquí podrás conocer el esmerado proceso de crianza de las truchas asalmonadas del restaurante Barroco. Pasea junto a sus lagos de agua de deshielo volcánico y tómate muchas fotos frente a su castillo inglés, salido de una postal.
Qué comprar
Accesorios con Denominación de Origen. La tienda del Museo es otro gran plus: lleva a casa alguna de las piezas de joyería de Talavera de la Reina.
Fechas
Este menú podrás disfrutarlo hasta febrero 2018.
$ 850 sin maridaje y 1,350 con maridaje.
Dónde está
Vía Atlixcáyotl 2501, Reserva Territorial Atlixcáyotl, Puebla, Puebla