La artista mexicana nacida en 1929 fue galardonada por su trayectoria y sus aportaciones a la escultura
POR: ANDREA SÁNCHEZ. CIUDAD DE MÉXICO.
El Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) galardonó a la escultora Ángela Gurría Davó (Ciudad de México, 1929) con la Medalla Bellas Artes. La presea fue entregada por María Cristina García Cepeda, directora general de la dependencia cultural, en la sala Manuel M. Ponce del Museo de Bellas Artes.
Ángela Gurría fue la primera mujer en ingresar a la Academia de Artes en 1973, por sus aportaciones a la escultura mexicana que comenzaron con una técnica realista en donde destacan formas prehispánicas inspiradas en tzompantlis y en animales como palomas y garzas. Posteriormente su producción caminó hacia la abstracción, donde la naturaleza siguió siendo un punto de referencia.
Sobre la entrega de la presea Gurría comentó: “Yo creo que con esta medalla se está galardonando, más que nada, 60 años de intenso trabajo dentro de la escultura, solamente eso, de estar creando aquí y allá obra escultórica, que no es fácil hacerlo; es, y siempre lo ha sido, un reto, y también una maravilla poder hacerla”.
Entre sus obras más importantes se encuentran Estación 1, Señal, que forma parte de la Ruta de la Amistad (en Periférico sur, DF), una serie de esculturas realizadas con motivo de la Olimpiada Cultural México 68. Su trabajo también es reconocido internacionalmente, tal es el caso de Homenaje a Benito Juárez (1973), que se encuentra en el edificio de la Organización de Naciones Unidas en Nueva York, yEspiral, realizada en Bogotá en 1994.
En México podemos disfrutar piezas como Tzompantli (1993) en el Centro Cultural de las Artes, así como los vitrales escultóricos del Nuevo Santuario de Guadalupe en Nuevo León (1978-1981) y México, homenaje al mestizaje (1974) en Tijuana.
Gurría se inició en las artes estudiando Letras Españolas en la UNAM. Su carrera como escultora comenzó en 1951, siendo alumna de Germán Cueto, Mario Zamora y Abraham González.
Los tiempos de celebración traen a la memoria sus primeros pasos, en donde debió utilizar un seudónimo masculino “Ángel Gurría”, el cual empleó para registrar la pieza La familia obrera (1965), su primera obra monumental, la cual fue realizada en bronce con cuatro metros de altura.
Su primera exposición individual ocurrió en 1959, en las Galerías Diana. Las esculturas que ha producido a lo largo de su carrera son, en su mayoría, de gran formato y en materiales como piedra y metal.
Al respecto de su forma de trabajo, señaló Gurría: “En todos estos años mi material favorito ha sido la piedra, un material que es fiel, noble, el más adecuado. La piedra para mí ha sido de suma importancia. Creo que es un verdadero personaje para mí. Pero también el hierro, que me gusta trabajarlo”, explica.
Sobre la producción de escultura actual en México, la escultora galardonada sostuvo que ha habido un crecimiento importante, hay grandes artistas tanto hombres como mujeres; piensa que “es esperanzador el futuro del arte en México, porque tiene material humano maravilloso, quizá unos con más suerte que otros, pero con un esfuerzo que se está haciendo con gran entusiasmo”, comentó. Excélsior